Los sistemas nacionales y el destino inconsciente. Conocer el pasado nos libera.
En la serie Chernobyl escuché el siguiente dialogo que me conmovió:
- ¿Sabe algo sobre esta ciudad, Chernobyl?
- No, la verdad es que no.
- Vivían sobre todo judíos y polacos. Mataron a los judíos en progromos y Stalin expulsó a los polacos. Después los nazis mataron los que quedaban. Pero tras la guerra la gente vino a vivir aquí igualmente. Sabian que pisaban tierra empapada en sangre pero no les importó. Judíos muertos, polacos muertos, pero ellos no. Nadie pensar que le va a pasar a él. Pero aquí estamos.
Es decir, parece que hay un destino, algo que se repite en esa ciudad. ¿Y si algo se repitiera también en los sistemas nacionales del mismo modo que se repite en las familias?
No he podido averiguar si lo que dicen los personajes de la serie de TV fue cierto o no. Pero aún siendo falso me llevó a reflexionar de nuevo sobre el destino de las naciones y de estos patrones que se repiten. Sobre la conciencia sistémica y cómo nos afecta de una forma profunda.
Desde el siglo XX tenemos más conocimiento de todo esto gracias, por una parte, a la idea del inconsciente colectivo de Jung, y por otra, al trabajo de Bert Hellinger en cuanto a los sistemas y la conciencia.
Todo de lo que huimos sin resolver, se repite.
Para Jung, el inconsciente colectivo no solo hace referencia al conjunto de personas que forman una sociedad, sino que pone énfasis en lo que dichas personas tienen en común. Este «inconsciente» hace referencia a una dimensión que está mas allá de la consciencia individual. Para él existen tres niveles: La conciencia, el inconsciente personal y el inconsciente colectivo. El inconsciente personal consiste en todos los datos, experiencias y hechos que se volvieron inconscientes debido a que perdieron intensidad y fueron olvidados o porque la conciencia se retrajo de ellos (siendo reprimidos). El inconsciente colectivo es como la herencia ancestral de todos los seres vivos. La teoría de Jung sugiere que somos portadores de un sustrato psíquico ancestral, algo así como una memoria de todos los eventos psíquicos que se han impreso en el alma humana y que se han asegurado un lugar predominante.
El progreso, lejos de consistir en cambio, depende de la retentividad (…) y cuando la experiencia no se retiene, como entre los salvajes, la infancia es perpetua. Los que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo. George Santayana
Además del inconsciente colectivo y del inconsciente personal existen colectivos, o sistemas , más grandes a los que pertenecemos, desde la familia a los grupos de amigos. Y aumentando el rango también pertenecemos a los sistemas regionales, nacionales, Occidentales, Orientales… Pertenecemos la Hemisferio Sur o Norte y también al sistema «humanidad». Cada cual pertenece a varios de ellos y, al igual que en una familia o una empresa, para poder pertenecer hay que seguir las reglas, los mandamientos, la cultura. Es decir, lo que Bert Hellinger llama conciencia. Aunque en ocasiones choque con nuestra conciencia individual. En sus propias palabras: «La explicación está en que, con el paso del tiempo, se fueron olvidando las reglas de la conciencia colectiva. En realidad fueron negadas, y suprimidas. Pero aunque la conciencia colectiva fue olvidada, sin embargo sigue funcionando hoy en día. ¿Y por qué sigue funcionando? Es una consciencia que se opone a los deseos personales, a las intenciones y a lo que las personas piensan a veces que tienen derecho a hacer. Así, cuando un individuo cree que actúa en conciencia o de buena fe, y piensa que lo que quiere es bueno, sus acciones a menudo fracasan.»
Estamos especializados en una armoniosa repetición del desastre y la estupidez. Terenci Moix
Como he escrito en varias ocasiones, pertenecer es fundamental para el ser humano. Si no pertenezco al primer sistema de mi vida, la familia, puedo llegar a perecer. Quizá sea por ello y porque no tenemos otros, que repetimos los modelos de nuestros padres. Además de esto, hay otros estudios que confirman que también tenemos una herencia transgeneracional. Podemos arrastrar una herencia emocional hasta cuatro generaciones. Si nuestros familiares antepasados experimentaron emociones que no fueron liberadas, como miedo, dolor, sufrimiento, ansiedad, tristeza, estas mismas se trasladarán a las siguientes generaciones hasta que alguien logre darse cuenta y cortar el patrón liberándose de las mismas. Por ello y para ello han aparecido las Constelaciones Familiares, la Biodescodificación, la Bioneuroemoción, etc.
Cuando hablamos de sistemas más complejos, como las organizaciones o las naciones, los patrones también existen. Afirma Jan Jacob Stam: «Los patrones surgen debido al mecanismo de supervivencia del sistema como un todo (la Conciencia del Sistema). Esta conciencia asegura que el sistema puede continuar como una totalidad, si es necesario, a expensas de los individuos. Los patrones son las reacciones del sistema cuando uno de los principios sistémicos está constreñido, a menudo porque alguien o algo está siendo excluido, por una deuda impagada, porque el orden fue quebrantado… » (Liderazgo Sistémico, de Jean Jacob Stam y Barbara Hoogenboom, 2018)
Como ya sabemos, el patrón nos está hablando del problema y nos está dando la solución al mismo tiempo. Van más allá de los individuos y aunque estos mueran los patrones siguen existiendo.
Finalmente, si observamos los sistemas nacionales podemos llegar a conocer, reconocer e identificar sus patrones. En la serie televisiva anterior, el personaje había identificado un patrón repetido en la ciudad de Chernobyl. ¿Qué habrá que hacer para que ese patrón deje de ser determinante para ese lugar? Curiosamente la central cada día atrae a más y más turistas que se fotografían delante de un lugar donde ha existido tanta muerte.
Como enumera Stam, hay cuatro intervenciones-orientaciones para tratar con los patrones:
- Tomar conciencia de ellos.
- Desenredarlos.
- Superarlos.
- Interrumpirlos.
Una cosa es continuar la historia y otra repetirla. Jacinto Benavente
El «cainismo» español, las «dos Españas», y un sinfín de rasgos estudiados de la cultura española, ¿son patrones sistémicos? ¿Se pueden superar? ¿Hay que intervenir sobre ellos? ¿Se pueden interrumpir?
¿Hay voces que clamen por la integración de las diferencias en lugar de incidir y fomentar la lucha?
¿Existen gestos de reconciliación con todos los excluidos de la Historia de nuestro país o se abunda en mantenerlos?
¿Hemos restituido todas las deudas que como sistema nacional tenemos con «los otros»?
¿Podemos cambiar el destino inconsciente de este sistema?
Todo ello aparece en Constelaciones Familiares. Los sistemas nacionales como lugar de conflicto, con patrones precisos. No olvidamos que nació en una Alemania que necesitaba integrar su pasado nazi de una forma saludable para mirar hacia el futuro sin la carga del pasado.
Sanarnos y sanar los sistemas a los que pertenecemos es una tarea necesaria. Y cuando se trata de un sistema nacional es responsabilidad de tod@s.