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El líder sistémico no actúa. Observa.

Y al observar… ya transforma.

Después de más de dos décadas formando líderes, facilitando constelaciones organizacionales y acompañando a equipos en procesos de cambio, he llegado a una conclusión que quizá no sea nueva, pero que necesita ser valorada: el liderazgo del futuro no impone, no controla, no reacciona. Escucha. Mira. Percibe. Y desde ahí… sostiene.

🌐 ¿Qué es el liderazgo sistémico?

Es una forma de estar y de mirar.

Una manera de leer el campo antes de intervenir.

Una forma de entender que las organizaciones son sistemas vivos, interdependientes, regidos por fuerzas invisibles que necesitan ser reconocidas.

En este tipo de liderazgo:

  • El cuerpo es nuestra brújula.
  • Las emociones se convierten en el lenguaje del sistema.
  • El silencio en una herramienta de transformación.
  • El observador… el agente más poderoso.

🧠 La física cuántica nos lo reveló: 

Observar es modificar

En el célebre experimento de la doble rendija, la física cuántica reveló que una partícula cambia su comportamiento según si es observada o no.

Del mismo modo, en un sistema humano, la presencia consciente del líder modifica el campo. Y esto es algo que necesitamos asimilar.

Observar sin juicio ya es intervenir.

Por eso decimos que el líder sistémico no actúa en el sentido clásico… porque su observación amorosa es ya acción sutil.

🧍‍♂️ El cuerpo: radar y canal del sistema

“El cuerpo siente lo que el sistema calla.”

En nuestras formaciones lo vemos una y otra vez: las tensiones musculares, las posturas, los bloqueos de voz, los dolores crónicos… pueden ser expresión de desórdenes en el sistema.

Cuando un líder aprende a escuchar su cuerpo, no solo mejora su comunicación. Despierta una nueva capacidad de percepción profunda.

💓 Emociones: señales de lo que aún no ha sido mirado

  • El enfado puede indicar una injusticia o una exclusión.
  • La tristeza suele ser una señal de duelo no reconocido.
  • La culpa puede revelar lealtades invisibles o lugares que no le corresponden al líder.

En el liderazgo sistémico, las emociones no se reprimen ni se interpretan a la ligera. Se acogen. Se sienten. Se traducen. 

📜 Los principios sistémicos: las leyes ocultas que rigen los sistemas

  1. Pertenencia

Todo elemento del sistema que ha pertenecido debe ser incluido. Las exclusiones regresan como síntomas.

  1. Orden

Cada uno en su lugar sistémico. Cuando un colaborador asume el rol del jefe, el sistema se desorganiza. Hay más ejemplos.

  1. Equilibrio entre dar y recibir

El dar excesivo sin recibir puede romper vínculos. El equilibrio genera relaciones duraderas a través del dar y el saber tomar.

  1. Antigüedad y jerarquía funcional

Quien vino antes sostiene el sistema. Reconocerlo trae fuerza.

  1. Aceptar el destino

No se trata de cambiar lo que es. Sino de verlo tal como es. Sin lucha. Con presencia.

 

🫀 Los sistemas sienten… aunque no tengan cuerpo

En mis formaciones lo he visto una y otra vez: los sistemas sienten, aunque no tengan órganos, ni piel, ni voz. Un equipo, un departamento, una organización entera… pueden estar tristes, enfadados, desconectados, congelados o incluso rotos por dentro. No lo expresan con palabras, pero lo muestran en su atmósfera, en su repetición de errores, en la fuga de talento, en su incapacidad para sostener el éxito.

Cuando un síntoma se repite —una renuncia inesperada, un conflicto cíclico, una energía que no fluye— es probable que estemos ante un patrón sistémico. Es decir, un movimiento inconsciente que el sistema repite como forma de compensar algo no visto, no dicho o no integrado.

Los sistemas tienen un inconsciente colectivo, al igual que los individuos. Y como cualquier inconsciente, opera desde lo oculto: lealtades invisibles, exclusiones no nombradas, traumas estructurales, fidelidades al fundador, miedo al cambio.

Un buen líder sistémico no se limita a reorganizar estructuras. Escucha ese inconsciente sistémico. Lo nombra. Le da espacio. Y así permite que el sistema respire.

 

🔭 El líder como testigo transformador

“¿Y si no hay nada que hacer?”, me preguntaarás.

Entonces observa.

Porque el mayor acto de liderazgo puede ser simplemente mirar con amor lo que el sistema aún no quiere cambiar.

Eso requiere humildad. Presencia. Coraje.

Y es exactamente lo que nos conecta con una nueva forma de liderar:

Menos control, más escucha.

Menos ego, más campo.

Menos respuestas… y más preguntas profundas.

 

 

¿Y ahora qué?

Si sientes esta forma de liderar, si sientes que ha llegado el momento de cambiar de paradigma, si quieres explorar este nuevo territorio que une cuerpo, emoción, sistemas y conciencia…o por curiosidad:

📩 Escríbeme para más información:

luisdorrego.com/contacto o por correo a info@luisdorrego.com

 

🌀Mas información y lugares para ampliar y continuar investigando:

 


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