Habla en público siendo tú mismo
Y no es nada fácil; es más aún hay personas que piensan que es mejor ponerse una mascara, adquirir unos trucos y tirar para delante.
Hay dos tipos de oradores: los que están nerviosos y los que mienten.
Mark Twain
He escrito ya mucho sobre el arte de hablar en público y no es de recibo repetir lo ya publicado. Los interesados pueden encontrar aquí mucha información:
¿Desde dónde hablamos cuando hablamos en público?
La oratoria moderna y la comunicación
Supera tu miedo a hablar en público ya
Hablar en público superando el miedo escénico 1
Hablar en público superando el miedo escénico 2
¿Por qué hablo tan mal en público?
Como puedes ver, suficientes posts como para escribir un libro. Y eso es lo que he hecho. Todos estos posts están, por supuesto, ampliados y desarrollados en la publicación. Y, sobre todo, Habla en público siendo tú mismo, tiene un desarrollo natural pensado en el lector, futuro orador, lleno de ejercicios prácticos.
El desarrollo de la habilidad de la oratoria, la estructura de la comunicación… La Inteligencia emocional aplicada a la superación del miedo escénico… Las creencias limitantes que nos impiden disfrutar del escenario, así como la utilización del Pensamiento Positivo para alcanzar ese placer, son algunos de los puntos que desarrollo en el libro en una primera parte. La segunda consiste en la utilización de la técnica de los actores, y de sus recursos orgánicos, para convertirte en orador: La memorización corporal, la apropiación del espacio… También la voz y su uso correcto, la respiración, el movimiento escénico…, son algunos de los temas.
El cerebro humano empieza a funcionar cuando naces y no se detiene hasta que sales a hablar en público.
George Jessel
Hay un capítulo que me ha dado mucho placer escribir y es el que lleva el título «lo que no hay que hacer».
En él resumo algunos de los «consejos» que, de buena fe, y transmitidos de unos a otras y sin evaluación alguna, se han emitido y se repiten sobre el buen hacer en el escenario. «Pretender estar relajado» o «imaginarse al público desnudo» (¿Quién inventaría esto?), son algunos de los temas. Otros son sobre el hecho de grabarse la voz o la imagen en video. No es conveniente porque grabarse la voz o la imagen limita enormemente nuestra capacidad expresiva.
Ya que, si queremos ser nosotros mismos, tendremos que potenciar nuestra expresividad que, como la voz, es propia y personal.
Imitar un modelo es crear clones. Colocar las manos y el cuerpo de una forma determinada, cosa que se cree que es beneficiosa de enseñar, coarta de nuevo la propia expresividad. El hablar en público, para que sea nuestra habilidad personal y no de otros, tiene que ser fruto de la autenticidad: Imitar a otros la reprime.
Por eso no es fácil hablar en público siendo tú mismo. Es mejor ponerse máscaras, imitar, copiar y tratar de esconderse detrás de un disfraz. Curiosamente ese «traje» está hecho de perfección, con lo cual, al final, nos hacemos daño por dentro. Nos decimos que hay que alcanzar esa meta, la de hacerlo bien sin pensar en qué es hacerlo bien. ¿Qué es «hacerlo bien» hablando en público? ¿poner los brazos de determinada forma? Hemos aprendido que si se dice desde un alto estrado es tan importante como la ley. Hay que ser perfectos aunque se trate de algo sin sentido, sin un ápice de pensamiento crítico. «Alguien lo dijo y , hala, ¡a copiarlo!».
Desde estas páginas lanzo una reflexión crítica sobre lo que nos ayuda o no para conseguir llegar al público.
Asimismo, este libro resume, de alguna forma, lo que ha sido mi vida: Durante treinta años me la pase enmascarándome: Trabajé como actor y luego como director de escena, así que me vestí , me maquillé y salí a la escena siendo un personaje. Como director ayudé a los actores y actrices a disfrazarse e interpretar un personaje que no era el suyo. Ahora me dedico a desenmascarar, primero a mí mismo y después a los que desean estar más cerca de su esencia. Por eso escribí Habla en público siendo tú mismo.
Hoy celebro que mi ultimo libro está en la calle y que tiene un futuro prometedor, espero. Lo espero porque me encantaría que fuéramos nosotros mismos cada vez más. Que nuestras relaciones vayan mejorando y que demos lo mejor para los demás y para el mundo. Hablando en público o en pequeños grupos, o de uno a uno y, sobre todo, conmigo mismo.
¡Que lo disfrutéis!